domingo, 15 de septiembre de 2013

Las des-ventajas de ser invisible

Justo terminé la película... y no puedo parar de pensar y sentir. Como no hay quien escuche, escribo.

Ser un don nadie, ser un marginado... a eso me dedico.
No es una búsqueda placentera, pero no hay escapatoria para un alma que no quiere ser descubierta. Sentir y ser lastimado de golpe por la brisa, por los recuerdos, por el futuro... quien pudiera lidiar con la carga de una pasión y sensibilidad sin par!

"Aceptamos el amor que creemos merecer" resuena en mi cabeza con un blues de fondo. Debo poner algo más alegre.

Ya no sé escribir, si es que en algún momento lo hice decentemente. Lo mismo que sentir y pensar y hacer... la vida ha cambiado tanto en tan poco tiempo. Ahora pienso que así debía empezar este escrito, pero ya no quiero borrar más.

Tal vez al leer esto alguien le encuentre sentido o nadie le preste atención. Yo solo voy a dejar mi mente fluir sin límites.

"No soporto ver tanto dolor en los rostros de la gente", algo así decía Charlie. ¡Y qué rostro más triste! Ahora me miro al espejo y veo lo mismo. Veo el dolor de la gente a mi alrededor y como intento lo imposible de mostrar algo mejor, que no tengo adentro. Porque adentro estoy vacío, en suspensión. Con los ojos entreabiertos veo más.

El miedo, el dolor, la ansiedad... y Emma Watson viéndose tan elegante y preciosa. Dónde estará mi Emma Watson que lo puede todo!? Que me mirará a los ojos y sacará de mí toda la luz oculta y con libertad podré pararme tras la camioneta con los brazos abiertos hacia el mundo.
¿Acaso debemos seguir aceptando sólo lo que creemos merecer?

¿Qué me merezco yo? Es una pregunta interesante. ¿Acaso los errores son seres inmortales que nos acompañarán siempre, acaso los sueños son sus enemigos y la vida tiene que pararse en los baches que dejamos al estrellar mundos contra nuestros mundos? Cuando ya no creo merecer nada, no tiene sentido pedir más.

No hilo, no hilo...

Puedo cogerme la cabeza y llorar, pero no salen lágrimas. Y tengo los síntomas otra vez: la respiración cortada, los ojos a media asta, los brazos descolgados, ésa expresión que otrora cambiara el día más luminoso en un día de lluvia y que ahora no se nota, nadie ve.

Las ventajas de ser invisible... un observador. Ése soy yo. Y desde aquí, tras la barrera, veo todo el show del que no quiero participar. Me resigné a ser espectador porque al invertir siempre pierdo, porque no sé apostarle al mejor caballo y la sinceridad o la falta de malicia no son ideales para jugar los juegos llenos de azar de la vida.

¿A quién culpar? Es una simple película que un día llegará a su fin... mientras escribo mis líneas, el guión se va completando en otros lugares del mundo que me llevarán hacia caminos que no preví. Eso no es tan malo. Y las imágenes pasan por mi cabeza, las del futuro, las de los sueños que se gestan cada vez que le hago el amor a la vida. Toda esa energía desperdiciada.

Todavía hay mucho trancón de palabras inútiles tratando de salir... se solucionaría todo con una palabra tuya, con un abrazo, con un beso... con tus manos cogiendo las mías con la fuerza de la naturaleza llamándome a su seno, hacia el exitoso clímax de vivir... si tan solo existieras justo aquí y ahora, si no tuviera que esperar mil años más para encontrarte, si al leer esto, en cualquier parte del mundo, llegaras a mí como impulsada por algo incontrolable... pero eso no es así.

Y, bueno... de pronto, la vida me escribe cosas lindas, inesperadas... como coqueteando siempre, como que me acechas y me entretienes y me espantas... y te abrazo, vida, porque no hay más que hacer, aunque me duelas y me lleves de un lado para otro...

- Cantidad de cosas -

2 comentarios:

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  2. Qué Descriptivo y Sensible. Hilos que bordan proyecciones inciertas de aquello que consideramos verdades. Y las verdades no son absolutas, ni eternas. Gracias por volcar esa profundidad en una metamorfosis confiada de creer en el equilibrio. Prefiero eso a creer... todo se transforma.

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