domingo, 1 de septiembre de 2013

- Solo -

Todo este amor desperdiciado siempre.

Tantos latidos que lejos de lubricar mis venas y llevar oxígeno a cada rincón, se gastan, se vacían de sangre, se acercan al infarto. Nada más absurdo que sentir.

Que cada vez con intensidad intento alcanzar la meta que desde los sueños he planteado, encontrando personas que en el gran teatro del mundo logran venderme su papel, que se acercan a mi corazón y lo ayudan a latir con manos que después se notan llenas de espinas. Tan odioso que se me hace creer cada día más.

Que nunca es suficiente hacer todo y tener las antenas conectadas con los mundos infinitos de los que casi nadie sabe. Del amor más hondo que se puede ofrecer, de los besos más apasionados, del abrazo más cálido en invierno. Que basta no tener bolsillos anchos ni brazos musculosos para ser desechado y reemplazado por cualquiera.

Me harté de ser usado...

Que nadie más vendrá a venderme con ojitos de ilusión, para luego darme puños por la espalda, para verme desangrar con una sonrisita en los labios y burlarse de mi dolor con chistes y reproches.

¡NO!

Me niego a que mi corazón lata más fuerte, me niego a que me digas que no soy suficiente, me niego a estar así más por tu culpa... a que me digas que me amas por impulso cuando hierves de placer y después me eches por la borda con las vísceras al sol.

- Exorcismo -

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